Columna de Opinión Bárbara Eytel: Avanzando en igualdad de género en la Universidad de La Frontera

Octubre 8, 2021 • Noticias


Con la irrupción de las mujeres en al ámbito académico universitario gracias al Decreto Amunátegui del 6 de noviembre de 1877, se cambiaron los paradigmas educacionales tradicionales: las niñas ya no solo podían soñar con casarse y tener una familia, sino que también podrían desarrollar carreras universitarias.

Eloísa Díaz, Ernestina Pérez y Eva Quezada se convirtieron en médicas cirujanas, Matilde Brandau y Matilde Throup fueron las primeras abogadas de nuestro país, Paulina Starr se graduó de dentista y Griselda Hinojosa fue la primera química-farmacéutica. Ellas comenzaron a romper los cánones establecidos y a desarrollar carreras universitarias creadas por y para hombres. Vencieron los estereotipos generando cambios culturales, abriendo instancias de desarrollo y creando pautas de conductas al interior de las universidades. Quizás sin quererlo y sin saberlo, estaban pavimentando la ruta para las generaciones futuras.

No obstante, la literatura ha demostrado que hoy en día las universidades no están exentas de relaciones de dominación y de modelos sociales hegemónicos, convirtiéndolas en instituciones masculinizadas, lo que significa que en ellas impera una lógica patriarcal que permea sus funciones, organizaciones, prácticas y rutinas. Utilizando el concepto de Pearse y Connell (2009), poseen su propio “régimen de género”, pues en ellas se expresan diferencias entre hombres y mujeres en lo que respecta a remuneraciones, reconocimientos, productividad científica, toma de decisiones importantes o acceso a recursos, por nombrar algunas de ellas. Asimismo, también hay presentes formas de violencia hacia las mujeres, disidencias sexuales y minorías.

El mayo feminista en Chile evidenció la presencia de este régimen de género en las diferentes Universidades del país e interpeló a las instituciones de educación superior a comprometerse con la erradicación de las diferentes formas que adquiere la violencia de género y la educación sexista. Hoy nos encontramos avanzando en el cumplimiento de estos compromisos y, particularmente, en poder entregar antes de que finalice este 2021 una Política de Igualdad de Género para nuestra Universidad.

Se avecinan desafíos desde lo personal, relacional, organizacional y cultural para las personas que integramos la comunidad de la Universidad de la Frontera. Deberemos instalar la perspectiva de género en la gestión universitaria, la docencia de pre y post grado, la investigación, la vinculación con el medio y a dar el valor que corresponde a los aportes de las mujeres en todos los espacios de la vida universitaria. Empeñémonos y comprometámonos también en que las/os profesionales que aquí se forman tengan conciencia de las desigualdades de género, para abordarlas y enmendarlas desde lo laboral, lo ético y lo humano. Es así como esta transformación interna tendrá también impacto en nuestra sociedad y podremos no solamente tener la posibilidad de poner todos nuestros talentos a disposición, sino que también seremos personas y comunidades más felices y plenas.

Les invitamos a cambiar el paradigma que no nos ha permitido a mujeres, hombres y personas de otras identidades de género desarrollarnos plenamente. Sólo así podremos construir, efectivamente, una Universidad comprometida con la eliminación de la desigualdad histórica entre mujeres y hombres.

Mg. Bárbara Eytel Pastor

Directora

Dirección de Equidad de Género UFRO

 

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